jueves, 17 de julio de 2025

Ana y las abejas

 

Ana iba a recoger flores en la colonia, justo al lado del camino, cuando encontró un árbol lleno de abejas trabajando en un panal. Se quedó observando cómo las abejas trabajaban sin descanso.

Al darse cuenta de que Ana las estaba mirando, las abejas salieron a buscar más polen. Entonces, Ana se acercó al panal y decidió probar un poco de miel. Se dio cuenta de que estaba muy deliciosa y dulce, así que siguió comiendo hasta que se acabó todo el panal de miel.

Cuando las abejas regresaron, Ana tuvo que esconderse en un arbusto para que no la vieran. Una abeja notó que en el panal faltaba una gota de miel, y rápidamente avisó a las demás. Entonces, las abejas se reunieron y se pusieron a trabajar trayendo más polen para hacer más miel, porque tenían una competencia muy importante con abejas de otros lugares, y querían ganar con su miel.

Ana se dio cuenta de que ya podía ayudar, porque la lluvia había comenzado y las abejas podían salir a recolectar polen. Así que se ofreció a juntar más flores.

Mientras caminaba, Ana se encontró con un niño llamado Miguel. Empezaron a platicar y se hicieron amigos. Juntos juntaron flores muy rápido.

En ese momento, llegaron dos abejas reinas llamadas Lupe y Eli, que estaban a cargo de todas las demás. Ana les presentó a Miguel y juntos hablaron sobre lo divertido que era juntar flores.

Después de que la lluvia terminó, Lupe y Eli les enseñaron a Ana y Miguel cómo se hace la miel. Cuando Miguel terminó de ver el proceso, le dijo a Ana que fuera a jugar un rato, y luego cada uno regresó a su casa.

Las abejas, por su parte, se fueron a dormir después de un día tan ocupado.

Colorín colorado, este cuento se ha acabado.

Autor: Esteban Moya Pozos

No hay comentarios:

Publicar un comentario